jueves, 5 de noviembre de 2009


Critica: El secreto de sus ojos
“Una obra maestra del cine argentino”


El secreto de sus ojos (Argentina-España/2009). Dirección y edición: Juan José Campanella. Con Ricardo Darín, Soledad Villamil, Guillermo Francella Pablo Rago, Javier Godino, José Luis Gioia. Guión: Juan José Campanella y Eduardo Sacheri, basado en la novela La pregunta de sus ojos, de Sacheri. Fotografía: Felix Monti. Música: Federico Jusid. Dirección de arte: Marcelo Pont. Sonido: José Luis Díaz Ouzande. Distribuidora: Distribution Company. Duración: 127 minutos. Apta para mayores de 13 años. Salas: 72.

Luego del mega-éxito de “El hijo de la novia”, los seguidores de Juan José Campanella (y los que no) no se esperaban, con el estreno de éste thriller, recibir semejante sorpresa. Si, concebimos a la pareja Darín-Campanella como capaces de generar un fuerte interés en el público, más lo será si dentro de este combo se encuentra Francella con una destacada actuación.

El director juega con dos tiempos y dos realidades, se podría decir que desarrolla una doble trama. Una atracción que no cristaliza de un lado y un crimen policial por el otro, que se fusionan dejándonos, una historia de amor enmascarada en una trama judicial con asesinatos y hechos de corrupción incluidos. La trama excede más de un solo género, el núcleo principal, se nutre de varias historias, que el director fusiona de una manera equilibrada y hasta sorprendente.

Uno de estos tiempos se sitúa en la Argentina de Isabelita y Lope Rega donde Darín encabeza una investigación judicial por una violación seguida de asesinato. Aquí es donde interviene la “viveza criolla” y la corrupción devenida del caos institucional previo al golpe para complicar la investigación, proceso que lleva a cabo junto a una hermosa y joven abogada (Soledad Villamil) y con ayuda de Francella interpretando un personaje imperdible.

El otro tiempo transcurre en la actualidad, donde nuestro personaje, lejos ya de los años de plomo, escribe una novela sobre este caso que transformo su vida y dejó profundas heridas. El reencuentro con los protagonistas de su pasado revive sentimientos ocultos por el tiempo, la búsqueda de su verdad y la resolución del caso le presentan un complejo tejido de culpas, remordimientos, ansias calladas y silencios.

Una actuación destacable de Pablo Rago, quizás en el personaje más arriesgado, que nos revela más con sus silencios y sus miradas lo no expresado. Esta característica de los personajes es casi tan importante como los diálogos, que generalmente son muy buenos en las obras de Campanella.

Todos estos ingredientes mezclados por la excelente mano del director y sumados a cierto atrevimiento técnico poco habitual, dejan como resultado una excelente película ideal para quienes huyen del cine de habla hispana. Campanella nos propone buen cine nacional que sea de interés natural para el público y no solo para festivales que no le interesan a nadie.

Simplemente una gran historia que merece ser vista y que nos proyecta hacia los primeros escalones, sino el primero, del cine latinoamericano.

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